Madrid, 5 de noviembre de 2016 – Reza la máxima, que lo difícil no es llegar sino mantenerse. Y con ese espíritu, Javier Fernández ha vuelto a demostrar que es un maestro del hielo. Tras meses en los que se especulaba que, de no meter un nuevo cuádruple (un bucle) o algún otro salto de relumbrón, no sería competitivo frente a sus principales rivales: los japoneses Yuzuru Hanyu y Shoma Uno, el madrileño ha vuelto demostrar que ese no es su camino para ganar. “Meter un cuádruple bucle o algo parecido podría perjudicarme, más que beneficiarme. Habrá quién haga más riesgo, pero yo busco lograr la perfección en mis elementos y por eso trabajo todo los días”, comentaba a HIELO ESPAÑOL recientemente.
Decíamos ayer que los siete puntos de desventaja tras el programa corto en la Rostelecom Cup con el nipón Shoma Uno eran salvables y que, aunque el cuádruple flip es una herramienta poderosa, no es invencible porque en patinaje se evalúan muchos aspectos. Una vez más, la mentalidad ganadora de Fernández nos ha dado la razón.
El japonés, de tan sólo 18 años y que adelantó a Fernández en el Japan Open, presentaba un gran ejercicio lleno de dramatismo tanguero con dos cuádruples y seis triples. Y, Aunque se caía en el segundo cuádruple toe, brindaba al público del Megasport de Moscú dos elementos de extrema complejidad, como son el citado cuádruple flip y un combinado de triple axel + medio bucle + triple flip. Obtenía 186,48 puntos para un total de 285,08. Para ganar, el madrileño necesitaba una súper nota de 193,52.
Era el turno del bicampeón mundial. Cuando se escuchaba a Elvis Presley entonando ‘If you’re looking for trouble’, Javi parecía absolutamente relajado, incluso disfrutando. E, instantes después demostraba que era así, clavando un monstruoso cuádruple toe. A toda velocidad afrontaba el siguiente, cuádruple salchow + triple toe, caía del primero un poco forzado, sólo pudiendo conectar con un doble, pero otro gran elemento en el bolsillo. Lo mismo que la combinación de triple axel + doble toe. Cerraba la primera parte con la pirueta baja cambiada de nivel 4 con una compleja entrada de molino exterior atrás. Unos contoneos sensuales y hacía disfrutar al público con la secuencia coreográfica.
Con el segundo tema de Elvis, su versión de ‘Fever’, venía la repetición del cuádruple salchow, mejor incluso que el primero. Algunos comentaristas televisivos brincaban de su asiento, pues los tres cuádruples estaban y la diferencia con Shoma Uno se iba reduciendo paulatinamente. Seguía consiguiendo salto tras salto, segundo triple axel tomado desde águilas y pasos, triple lutz desde posición coreográfica y triple flip + medio bucle + triple salchow sin apenas preparación. Ya había realizado todos los elementos de más riesgo y, por tanto, más valiosos. Tocaba aguantar los instantes finales. Pirueta saltada vertical con combinación de posiciones y, el ‘Rock de la cárcel’, anunciaba el triple bucle con una vistosa entrada de Ina Bauer y la secuencia de pasos (de nivel 3). Javier estaba feliz pero cansado, y eso se notó tanto en los pasos como en la pirueta combinada, que sólo llegó al nivel 2.
Errores insignificantes en un mar de aciertos y carisma. Uno de sus mejores programas. Nunca se le había visto patinar así de bien a principios de temporada. Junto a su entrenador, Brian Orser y a la responsable de Patinaje de la federación española, Laia Papell escuchaba las puntuaciones: 105,73 para el mérito técnico y 95,70 en componentes (con hasta ocho valoraciones de 10). Total 201,43 (acumulado 292,98). Por segundo año consecutivo, el español ganaba la Rostelecom Cup y se aseguraba 15 puntos para el Grand Prix. Le acompañaron en el podio el japonés Shoma Uno (285,07) y el israelí Alexei Bichenko (255,52). Otra tarde de gloria para nuestro patinaje.
La semana que viene, Javier Fernández tendrá su otra prueba de Grand Prix: el Trofeo de Francia en París. HIELO ESPAÑOL estará allí para narrarlo en directo.
FOTO: Javier Fernández realizando su programa libre en Moscú. Imagen de Olga Dynina para Hielo Español.