Bratislava, 28 de enero de 2016 – Hasta la fecha, en el campeonato de Europa, competición que a excepción de los parones por las dos guerras mundiales, se ha venido celebrando anualmente desde el año 1891, apenas un par de patinadores habían conseguido vencer en cuatro ocasiones de forma consecutiva. Tan sólo cuatro: los austriacos Willy Böckl (1925 a 1928), Karl Schäfer (1929 a 1936) y Emmerich Danzer (1965 a 1968) y el checoslovaco Ondrej Nepela (1969 a 1973). Pues, desde ayer, a esta exclusiva lista hay que unir un nombre más, el del español Javier Fernández que, en la ciudad de Bratislava, se ha colgado una nueva medalla de oro, que se suma a las cosechadas en los europeos de Estocolmo 2015, Budapest 2014 y Zágreb 2013.
Pero la tetra corona del madrileño tiene más valor que las de sus predecesores, pues ha sido lograda en el momento de mayor plenitud técnica y física de este deporte. Y es que Javier lucha con saltos cuádruples, mientras que estos grandes nombres lo hacían con dobles y, en el mejor de los casos, con algún triple. Además del valor sentimental añadido de haberse obtenido en la ciudad natal y en el estadio al que da su nombre el último hombre que lo hiciera en el lejano 1973, Ondrej Nepela.
Ligeramente imperfecto pero con máxima ambición
A pesar de contar con una ventaja muy considerable con sus rivales tras la disputa del corto, más de catorce puntos (mundo para este deporte), Fernández no tiró a asegurar y busco su programa libre más ambicioso hasta la fecha.
Con el trasfondo de la banda sonora del musical “Guys and Dolls”, arrancaba con un cuádruple toe en el que apoyaba la mano libre en el hielo. Este pequeño error no le descentraba en absoluto y segundos después clavaba el elemento más complicado de su rutina, la combinación formada por cuádruple salchow y triple toe y un triple axel conectado con doble toe. La segunda parte se iniciaba con un impecable cuádruple salchow y con una secuencia de triple flip con triple salchow. El único lunar de su ejercicio venía en una nueva dificultad añadida para aumentar, todavía más la carga de dificultad, un segundo triple axel en el que se caía. Se recomponía con un limpio triple lutz y con un triple bucle ligeramente sobregirado. Los saltos fueron acompañados por tres piruetas y dos secuencias de pasos de la máxima dificultad. El trabajo estaba hecho. Javier sonreía y el público del Ondrej Nepela Arena era una fiesta.
Programa ligeramente imperfecto, pero pensado con máxima ambición para luchar por el oro mundial que valorado en 200,23 puntos, segunda mejor puntuación de su carrera tras los 201,43 de la final del Grand Prix. Con un global de 302,77 puntos, nuevo récord europeo de puntuación acumulada (el segundo que bate en Bratislava tras el de programa corto) vencía imponiendo una estratosférica diferencia de más de 60 puntos sobre el israelí Alexei Bichenko (plata con 242,56) y el ruso Maxim Kovtun (bronce con 242,21), que le acompañaron el podio.
“Me siento feliz por haber logrado un oro europeo más porque todos son especiales. Quiero seguir haciendo historia para el patinaje español y quiero seguir ganando competiciones. No me conformo. Ahora voy a por un nuevo mundial y un quinto europeo”, afirmaba con rotundidad en declaraciones a HIELO ESPAÑOL.
17ª plaza para Felipe Montoya
El otro representante español en la final masculina, el debutante Felipe Montoya acabó en el puesto 17º con una puntuación acumulada de 181,95. Tras un gran calentamiento, arrancaba con triple + doble en el intento de triple + triple toe, que enmendó con un gran triple bucle. En su mejor salto, el triple lutz, hacía sendos globos: doble lutz + doble toe + doble bucle y doble lutz solo, no así en el flip que realizó con perfección. Por su parte, en el triple salchow precedido de ángel, lo jueces apreciaban una ligera falta de rotación. En los instantes finales, presentable dos doble axel, el primero lo aterrizaba sin problemas, mientras que el segundo lo paraba a la mitad. Si en la parte saltaba tuvo altibajos, las piruetas (todas ellas de nivel 4) y los pasos (nivel 3), fueron excelentes. A los 49 puntos técnicos (lejos de los 64 de la mínima mundial) se unieron unos muy notables 65,22 en componentes para totalizar una nota de 114,22.
“He calentando realmente bien pero, el salir tan tarde, me ha afectado. Sentía como que el hielo que pisaba no era el mismo. No he patinado tan bien como esperaba, pero no he estado mal. Volveré a intentar la mínima mundial en el Hellmut Seibt memorial que se celebrará en Viena a finales del mes de febrero”, comentaba al terminar su actuación.
Uno de los momentos más intensos de la final fue la actuación del francés Florent Amodio (campeón europeo en Berna 2011), que decía adiós al patinaje tras una carrera llena de altibajos con un memorable ejercicio que ponía a todo el público en pie. Finalizaba cuarto (240,96) con el segundo mejor programa libre de la noche.
FOTO: Javier Fernández posa con su medalla de oro. Imagen de Irene Villalón para Hielo Español.