Sochi, 17 de febrero de 2014 - Ni en el mejor de sus sueños, Sara Hurtado y Adriá Díaz hubieran podido imaginar una participación olímpica como la que han tenido. En una disciplina sin tradición en nuestro país y, en la que se tardan años en escalar posiciones en la grandes competiciones, la pareja española que entrena en Canadá, ha logrado ascender de la decimonovena posición en el pasado mundial a la decimotercera en Sochi 2014. Lo que, además, supone el mejor debut para un representante español en patinaje dentro de unos juegos. Hasta ahora este récord lo ostentaban, ex aequo, Dario Villalba y Javier Fernández, con sus decimocuartos puestos en los juegos de Cortina D’Ampezzo 1956 y Vancouver 2010, respectivamente. En el caso de Villalba el mérito no era tan grande pues, únicamente, había dieciséis competidores.
El combinado nacional, que perdía una posición con respecto a la danza corta celebrada ayer, volvió a batir esta tarde su marca personal, en este caso en el programa libre, que fue valorado con 88.39 puntos, destacando especialmente en la parte técnica, donde fueron los novenos mejores de las veinte parejas que accedieron a la final.
Su homenaje a España a través de la escenificación de la tormentosa relación de Pablo Picasso y la artista francesa Dora Maar, comenzaba con una espectacular elevación en línea recta en la que Sara se deslizaba en perpendicular sobre el hielo y que realizaron perfectamente (nivel 4 GOE +0.79). También muy limpia fue la serie de pasos en círculo, que fue valorada como nivel 3 (GOE +0.71). De nivel cuatro fueron los twizzles, que ejecutaron sin problemas y en perfecta sincronía (GOE +0.64). La elevación en rotación que, en algunas ocasiones les había dado algún susto, fluyó con rapidez y precisión (nivel 4 GOE +0.79). Con los primeros acordes de “Le di a la caza alcance” compuesta por Michael Nyman venía la elevación bautizada como “escorpión” que, por su espectacularidad, levantó los aplausos del “Iceberg Palace” (nivel 4 GOE +0.64). Tras la pirueta en pareja (nivel 4 GOE +0.43), venía el alzado en curva en el que Sara adopta una postura bastante acrobática (nivel 4 GOE +0.71). Por primera vez en una gran competición, conseguían que el especialista técnico catalogara la diagonal de pasos como nivel 3 (GOE +0.71). Cerraron con la elevación coreográfica conocida como “la antorcha olímpica” (GOE +051) que, junto al dramatismo de la voz de Estrella Morente, lograba un final muy potente y un broche de oro para un programa de ensueño.
Técnicamente, programa perfecto en los niveles que buscaban, algo que nunca les había ocurrido y con grados de ejecución muy altos. De ahí que su nota técnica, 46.13, fueran la novena mejor. Buena, pero quizá escasa, fue la valoración de componentes: 42.26 del 6.82 en transiciones al 7.25 en coreografía. Y es que hoy merecieron mucho más.
Marca personal en el danza corta, en la libre y, por supuesto, en el acumulado (146.97), que les llevó a superar a parejas importantes de Rusia, Alemania, Italia, Francia y Canadá, por citar algunos ejemplos.
Recibieron las notas portando unos muñecos de trapo que reproducían sus figuras ataviadas como en el programa y que fueron elaborados para la ocasión por Susana Jiménez Barral. Por su parte, Adriá llevó también la boina del desfile inaugural y que, según dijo en zona mixta entre risas, Patrice no quiso ponerse en el kiss & cry.
“No podemos estar más contentos, hemos hecho historia para nuestro país. Por primera vez hemos logrado realizar nuestro programa sin ningún fallo, que es lo que llevamos buscando toda la temporada y, además, hemos conseguido un resultado mucho mejor de lo que nos podíamos imaginar. Creo que la presencia en las gradas de mis padres que, hasta ahora, sólo nos habían visto en el campeonato de España, nos ha servido de talismán”, afirmaba Sara después de su actuación. “Nada más pisar el hielo, nos aislamos de todo y creamos una burbuja en la que sólo estábamos Sara, yo y los elementos”, apuntaba Adriá.
Preguntados por si, de cara al mundial donde habría muchas retiradas podrían optar a top diez, respondían que ahora había que volver a Montreal, revisar vídeos y protocolos pero que “todo era posible”. Y es que, efectivamente, lo es.
FOTO: Sara Hurtado y Adriá Díaz durante su danza libre en los juegos. Imagen realizada por Alberto Montenegro.